Vigneron en Toro

Me llamo Antony Terryn y soy un joven francés que ha buscado durante tiempo el viñedo de mis sueños. Mi encuentro con las cepas de Toro fue un flechazo que dio nacimiento al Dominio del Bendito en 2004. Para elaborar vinos de gran carácter cultivo mis viñas de forma ecológica. Elaboro principalmente tintos dentro de la DO, y mis locuras, (vinos de investigación), de la forma más artesanal posible y todos criados en barricas nobles para que expresen todo su potencial. Intento ofrecer vinos marcados por su tierra de origen para que los amantes del vino puedan compartir el carácter único de Toro.

Nuestro viñedo se sitúa en el famoso pago de La Jara, para muchos, el mejor. Suaves pendientes orientadas al norte y noreste, y encima del Duero. Sus suelos profundos y con una alta proporción de arena y cantos, nunca colonizados por la filoxera, ofrecen a las viñas un drenaje excelente y les obligan a buscar en profundidad los elementos necesarios y la propia expresión del terroir. La otra parte del viñedo se sitúa en los altos de Valdefinjas, caracterizados por la cal y la arena, y con magníficas viñas viejas.

Se trata de un mosaico de pequeñas parcelas, constituido por cepas de Tinta de Toro de entre 45 y hasta más de 100 años, plantadas a pie franco y en secano, dando naturalmente rendimientos bajos o muy bajos. Contamos con quince hectáreas en propiedad y otras tantas que gestiono de forma directa, siempre cultivadas de manera ecológica e inspirado por algunas prácticas biodinámicas. Durante el ciclo vegetativo dedicamos mucha atención realizando una poda adaptada a cada viña, una gestión de la vegetación, aclarados y control de los rendimientos, para que las uvas sean destinadas a a la elaboración de cada vino, reflejo de identidades distintas.

Hoy los amantes del vino redescubren la calidad y particularidad de los vinos de Toro. Tenemos el privilegio de contar con un gran número de cepas viejas, algunas del siglo XIX, plantadas directas sobres sus propias raíces. Estas viñas están cultivadas en vaso y nos otorgan racimos excepcionales que dan lugar a unos vinos inimitables.

Las condiciones climáticas son excepcionales: gozamos de un clima continental con influencia atlántica, inviernos fríos y largos, veranos calurosos, y muy pocas precipitaciones, (hasta 300 mm al año). Nos situamos a una altitud de 700 m responsable de una fuerte oscilación térmica entre el día y la noche, y que favorece una maduración fenólica (color y taninos) de la Tinta de Toro excepcional. Seis u ocho grados no son raros temprano por la mañana, a partir de finales de agosto. Estos factores nos permiten traer a la bodega unos racimos sanos, una uva en perfectas condiciones, con una calidad y concentración natural excepcional.