Corchos y tapones para el vino «Perlarena» de Dominio del Bendito.

28 02 2013

Queridos seguidores y amigos:

Quiero agradeceros primeramente, que tantos hayáis expresado vuestra opinión sobre los corchos naturales y los corchos sintéticos. Con mucha pasión, desde luego.

Os va a parecer curioso pero me doy cuenta de lo difícil que tiene que ser gobernar algo grande de una manera democrática, ya que cada uno tenéis vuestros parámetros.

¿Cómo podré reconciliar tantas opiniones y gustos diferentes con el rosado Perlarena de Dominio del Bendito y su tapón?
Al final creo que voy a tomar una decisión… Salomónica.

Mitad sintético y mitad natural. Así embotellaremos este Perlarena 2012. Mi parámetro es que tengo 3000 botellas de un rosado genial que no quiero estropear.

Si me inclino hacia el sintético, que a muchos sorprenderá siendo Antony tan tradicionalista, es porque tengo un amigo muy buen elaborador, más tradicionalista que yo y muy prudente, que lleva cinco años experimentando y convocando a sus varios proveedores de tapones sintéticos y naturales, para catas ciegas de sus blancos y rosados, de uno a cinco años en botella.

Resultado: unanimidad abrumadora; los sintéticos ganan… Más aromáticos, más frescos, mejor conservados.
Y esto es lo que quiero, no desviaciones, ni olor a tapón, ni fugas, ni evolución lenta, ni reductiva, ni oxidativa.

Para tomar mi decisión y hacer pruebas con tapones naturales, uno de los aspectos que me ha influenciado es el tema ecológico. Por esta razón, haré uso de un natural un poco especial que no debería dar problemas. Veremos.
De cualquier forma, creo que en la bodega Dominio del Bendito hacemos bastante por el medio ambiente, y la perfección, ¿quién la tiene?
El debate con respecto al natural sí o sí, es complejo, porque hasta el corcho proveniente del alcornocal tampoco está libre de contaminación cien por cien. Todo nuestro entorno esta contaminado y el corcho no hace excepción.

Así habrá vino rosado para todos los gustos y yo podré investigar guardando muestras para controles próximos. Podré en cierta medida servir lo que los clientes quieren.

Espero haber sido un buen demócrata sin caer en la demagogia, no negando lo tradicional ni lo moderno.
Veremos al final como están estas botellas dentro de unos años. Os doy cita ya.

Queda un mes si todo va bien y pronto os presentaremos los corchos, etiqueta y el vino! Alguien más que competente en estos temas lo probó y me dijo, “el equilibrio en boca está perfecto’’.
Así que de verdad debería ser increíble.

Santé y cordial saludo!





Corcho y rosca… Cata en Vila Viçosa, Portugal.

1 02 2012

Hace tiempo ya que no escribo nada, y por suerte, algunos grandes vinos me han inspirado algunos comentarios, sobre todo el conjunto de una cata de vinos portugueses, algunos excepcionales, dos vinos de Jerez, y os comento…

El nivel general de la cata fue malo a nivel de corchos, algunos podridos, aromas desviados y algún vino ya muerto… Y es esto lo que me hace escribir.

Tantos vinos de los años 60, 70 y 80 ya estropeados por un corcho también estropeado…
Aunque soy un amante del corcho, esto me hace pensar, y por qué no, en probar la rosca. Si me pudieran demostrar que la rosca no hará desarrollar el vino de una manera distinta, la utilizaría ya desde mañana, porque me ha pasado, como a cualquier aficionado del vino, que tras abrir una botella guardada en bodega por años, y habiendo pagado por ella un precio , después de abrirla, tiene un problema de corcho, o una fuga, un mal olor y esto es terrible, un disgusto…

Así que sí, a mi me encanta el corcho, el pequeño ruido al abrir una botella, un corcho bonito, macizo y natural, como los que yo compro, en los que invierto mucho, pero considero la rosca y quizás algún día haré pruebas al respecto. De hecho, algunos países ya la han adoptado desde hace tiempo, y habiendo probado algunos blancos australianos, suizos, de ocho o diez años que continuaban frescos, netos y sin maldito problema de corcho: !Qué gusto! Por supuesto, eran grandes vinos, no basura industrial.

Los dos vinos excepcionales a los que me refería y que tuve la suerte de probar:

Quinta do Noval 1880, botella de un amigo portugués, que tuvo la delicadeza y gran detalle de invitarme a probar algo tan increíble…
Botella que consiguió en una subasta a un precio irrisorio, teniendo en cuenta la calidad e importancia de semejante producto y semejante bodega, de años tan atrasados.
Se abrió la botella y el vino sí estaba vivo, complejo en nariz, muy complejo en boca, con unos aromas a regaliz, a ciruela, magnífico e increíble.

Probamos también un amontillado, un Jerez de Mackensy de 1900, con un corcho también muy problemático de sacar, con un cuello de botella muy curioso. Un vino excepcional, neto a nivel aromático, que se desarrolló tras abrirlo, después de un rato. Con aromas a mandarina, a naranja amarga, a uvas pasas e higos… Complejo y bonito.

Para mi, vinos difíciles de explicar, ya que uno se queda con la boca abierta y el cerebro divagando, probando cosas que no son ni de nuestro siglo, ni del anterior…